(NOTA: Según me acaban de informar [gracias, Carmen], que los correos que se envían están limitados en espacio, así que mis posts se ven recortados. Seguro que ocurre esto con esta entrada, así que os recomiendo que la leáis en la web.
Una razón más para, en lo próximo, intentar hacer entradas más cortas. Aún así, la última de La Lavadora, que es la siguiente, seguro que será larga).
Prólogo.
En la anterior entrada explicamos que hay una serie importante de intereses no tan vistos a simple vista para incentivar las renovables.
Obviamente, no son los únicos, pero básicamente es lo que hay, la última esperanza que queda.
Sin embargo, para entender por dónde van los tiros, hace falta desmontar un poco algunos mitos que se han formado sobre el tema renovables y que no se han abordado aún.
Sí que se han explicado muchos efectos que dejan claro que un sistema eléctrico en base a tecnologías REID no funciona cómo nos han explicado, pero hay aún algunos puntos pendientes, la mayoría de los cuales forma parte de un imaginario colectivo que podríamos definir como mítico.
Entender estos mitos es fundamental para entender lo que nos depara el futuro. Y para entenderlos, hacía falta todo el camino que se ha trazado hasta ahora.
Algunos puntos ya se han explicado, y además, esta entrada se escribe directamente este febrero de 2024, así que encima vienen actualizados. Y eso es importante.
El autoconsumo ahorra.
Es probablemente el primer Mito que se ha explicado en el tema de las renovables, pero también el primer mito que se ha auto desmontado él solito.
Ya se ha explicado en esta serie, con una entrada casi en exclusiva apuntando a este elemento.
Y se puede decir que, bajo determinadas circunstancias, el autoconsumo puede suponer un ahorro en casos muy puntuales, y, una buena parte de este “ahorro” en realidad lo que se hace es pasar parte de la factura a otras partes de la factura, y/o de la sociedad.
Si, para algunos casos particulares, se puede llegar a ahorrar algo: consumiendo la electricidad que se produce directamente. Sin embargo, incluso en esa situación, sigue habiendo un consumo, no tanto de energía como tal, sino del servicio de estabilización de la red eléctrica. Y eso es difícil de contabilizar por cada autoconsumidor.
Ese gasto, que no se quiere calcular en ningún caso, mayormente por falta absoluta de voluntad de ningún tipo (a lo que hay que sumar una cierta dificultad), sin embargo, se pasa al resto de la población.
Y eso sólo en determinadas circunstancias, porque los casos en que no pueden autoconsumir y se ven obligados a vender excedentes la cosa ya no resulta ni rentable ni funcional, al haber encima más inestabilidad.
Nada curiosamente, éste suele ser el caso de la mayoría de las familias, cuyo mayor consumo se produce siempre tras la puesta del Sol, o sea, en horas caras.
Sumándolo todo, el resultado es que los costes de estabilización y compensación generalmente se cargan o bien en la parte fija de la factura o bien sobre este tipo de consumidores, que encima son los más débiles.
¿En cuantas ocasiones, cuando uno pregunta a alguien que tiene autoconsumo cuanto se ha ahorrado, éste responde que “es lo que toca para salvar el Planeta” dando a entender que de ahorro nada de nada?
Aun así, en muchos casos en que incluso para estos consumidores aparenta haber algo de ahorro, resulta que quién paga el pato son las distribuidoras, que tarde o temprano quiebran.
Las baterías no son necesarias.
Este es otro de los mitos sin ninguna base. Obviamente, los que lo lanzan cual conjuro, se basan en la “evidencia” de que, hasta ahora, no han hecho falta dichas baterías.
Pero resulta que, desde el Domingo de Pascua de 2022, ya han hecho falta, puesto que se ha tenido que recortar producción fotovoltaica debido a la falta de sistemas de almacenamiento.
Además, ya se ha explicado hasta qué punto hacen falta dichas baterías, con cálculos, en España.
Haceos la siguiente pregunta, o, mejor, se la hacéis al que vuelva a repetir semejante barbaridad: si uno vive desconectado y sólo con fotovoltaica, ¿de dónde obtiene electricidad por la noche?
O lo que es más fácil a partir de las gráficas de producción: ¿cuánta fotovoltaica hay en la red a la hora de máxima demanda en Enero por poner un mes?
Ese tipo de comentario es de lo más absurdo. ¿Hace falta ser meteorólogo para saber si está lloviendo en la calle?
Pues lo mismo. De noche no hay fotovoltaica que valga, y si no hace viento, no hay eólica que valga. Pero es de noche cuando queremos encender la luz.
Es de sentido común (el menos común de los sentidos), pero los que repiten este tipo de desinformación adolecen totalmente de sentido común, bien por obnubilación tecno fetichista o económica, bien por simple incapacidad mental para procesar este tipo de información.
O bien por interés, claro está, lo que implica ceguera voluntaria.
Precisamente las dos primeras entradas de esta serie iban por estos derroteros: ¿hasta qué punto podemos pasar sin almacenamiento?
La energía de origen renovable es más barata.
Depende de cómo te mires la factura. Ya hemos entrado en detalles sobre el trileo y las técnicas para esconder costes, como fijarse sólo en una parte en lugar del todo.
Sí, dirán que ha habido durante muchas horas la electricidad a 0€. La pregunta es si ellos, como usuarios, la han pagado a ese precio. Es más, nadie se beneficia de ese precio, menos aún las grandes generadoras que tienen que regalar su producción, así que alguien está “pagando el pato”, porque las cuentas no salen.
Y aun así, a fin de mes la factura no es precisamente de 0€, la total, la completa.
Por tanto, que algunos números sean bajos no significa ni que la factura sea más barata, ni que eso sea bueno, rentable o que funcione. Es simplemente, una manera de ver sólo una pequeña parte sin querer ver el todo en el que estamos metidos.
Este mito también se está empezando a desmontar el solito con las evidentes quiebras y peticiones para subir el precio al que se paga la electricidad por parte de muchos operadores eólicos, la desaparición de los operadores de parques marinos, etc.
Porque a fecha de hoy (sea el día que sea), ¿alguien saca negocio de regalar el producto o servicio que produce? Porque no veo rentabilidad a ningún tipo de eléctrica regalando el MWh, lo que lleva a la siguiente pregunta: ¿acaso un precio bajo no indica que NADIE quiere ese producto?
Porque básicamente eso es lo que significa precios tan bajos o incluso negativos. Y al ser sostenidos durante tanto tiempo, lo que implican es problemas gordos.
No hay problemas con la intermitencia.
Resulta curioso que sigan emperrados en este punto. No sólo se ha demostrado que hace falta almacenamiento, es que los mismos que dicen esto ahora están pidiendo una nueva red de distribución precisamente para solucionar los problemas de intermitencia que ellos mismos generan.
Los recortes y el hecho de que nadie quiera pagar la electricidad que generan, de ahí el precio a 0€, es una demostración precisamente de que esos problemas existen.
Incluso hay quienes han tenido que pagar para que alguien utilizase su electricidad fotovoltaica debido a que no podían parar de exportar.
Hay informes que ya explicaron que en 2022 la energía que dejó de producirse por curtailment, es decir por exigencias de la intermitencia, fue 10 veces la de 2021, con un coste de 1300 millones de €. Costes que son sólo un parte del problema de la intermitencia y que deberían cobrarse a aquellos que producen el problema, pero eso implica un Impuesto al Sol que los Seres de Luz consideran ignominioso porque... bueno pues porque Ellos lo valen.
Lo más triste es que todo esto era más que previsible, con antecedentes ya claramente establecidos (California, Alemania, China, Francia, Reino Unido, ahora España), predecibles, y cuya “solución” se podría haber ido preparando para cuando llegase el momento. Pero eso ni se ha planteado siquiera: el mero hecho de analizar estas situaciones, con datos establecidos y realidades palpables (los cortes de suministro programados así como la prohibición de cargar vehículos eléctricos a las horas de mayor producción fotovoltaica es tratado como “negacionismo”, “extrema derecha”, “gente a sueldo de las petroleras”, etc.
Una manera muy científica de resolver la situación: negando los hechos, si señor.
Si eso no son problemas, entonces hace falta ampliar las plazas de psicólogos.
Los sistemas renovables, así como las baterías y los coches eléctricos bajan y bajarán de precio.
Ah, unos de mis favoritos.
Ya predije hacia 2017 que las baterías estaban a punto de llegar a un mínimo, y de ahí su precio oscilaría según la variación de las materias primas, que son las que mandan. Y que dicho precio nunca bajaría de los 100$/kWh, incluso de los 150.
Esta gráfica obtenida de un estudio descargable bajo suscripción en Roland Berger es bastante explícita.
Algo parecido dije con los precios de los MWh producidos con renovables, y que, a pesar de cotizarse en el mercado marginalisto a 0€, aquellos operadores de eólica que tienen precios pactados ya están pidiendo que se suban porque de lo contrario la quiebra es segura.
De la misma forma, predije que al ver que los cochepilas no iban a bajar de precio debido al coste de las materias primas, la única opción que le quedaba a los bobiernos era la de subir el coste de los vehículos térmicos para así “facilitar” la “adopción” de los vehículos eléctricos.
El paso del tiempo ha visto cómo los coches que en 2017 se podían comprar por 12,000€ ahora no bajan de los 18,000€. Claro que ahora con cantidad de cachivaches chupiguais... por imperativo legal (buscad sobre el Intelligent Speed Assistant, o sobre el alcoholímetro, etc).
El resultado, tal y como predije, y tal y cómo veían ya en 2016 los dirigentes de Continental, es que la venta total de coches iba a ir a la baja. Eso tiene una vertiente curiosa: al bajar el denominador, el resultado aparenta que los cochepilas lo están haciendo de fábula.
Sí, se están vendiendo cada vez más vehículos eléctricos. En 2012 era rarísimo ver uno, hoy lo raro es no cruzarse con alguno en la autopista. Aun así, parece que en Alemania la demanda de cochepilas va a bajar tan pronto como este mismo 2024.
Sí, para 2032 igual sólo se van a vender cochepilas, si, pero mucha gente no se va a comprar coche en absoluto. Lo que se traduce en el Peak Car por demanda, que ocurrió en 2018. O en 2017, según algunos.
Pero, parece ser, que incluso los vehículos eléctricos se van a encontrar (en Europa) su propio pico en breve. En Asia va a ser difícil que lleguen a dicho pico todavía, y queda por ver cómo va la economía en los USA, que en todo caso también parece ser que llegará antes de 2032.
La senda que predije hacia 2017 se está cumpliendo, y el panorama de futuro demuestra que los coches, eléctricos o térmicos, no van a ser precisamente nuestra mayor preocupación.
Este mito está totalmente desmontado, y cada vez es más aceptado por cantidades mayores de personas, especialmente en Europa.
Especialmente dentro de la automoción. Incluyendo muchos de aquellos que tienen un vehículo eléctrico.
Los sistemas de almacenamiento de la energía eliminan los vertidos.
En realidad, sí, pueden hacerlo. Otra cosa es que tengamos estos sistemas, a qué precio, y en qué cantidad.
Está claro que en estos momentos, un aumento de la potencia de bombeo y generación en ciertas presas (La Almendra, si no me acuerdo mal), podrían paliar parte de los vertidos.
Pero en cuanto a bombeo hidroeléctrico, el más barato, está muy limitado y no puede alcanzar las necesidades.
Si nos metemos en el asunto baterías, ya se han presentado cálculos que demuestran que no es viable económicamente.
Dada la situación expuesta en esta serie, resulta evidente que vamos a ver un intento bastante agresivo de implantación de este tipo de soluciones. La instalación masiva de baterías no va a ser un hecho, aunque no tardará en empezar a ser planificado y publicitado, este tipo de almacenamiento tardará en instalarse, no se desarrollará completamente, y tarde o temprano se abandonará tras demostrar que no es rentable.
Lo que sí se está viendo ya cada vez más, son planes de aumentar la potencia de generación y bombeo en hidroeléctrica, al ser lo más barato, rápido y efectivo.
Sin embargo, la implantación de sistemas de almacenamiento debería estar en plena instalación masiva, planificadas desde 2017 o así. Que ahora simplemente se empiece a hablar del tema demuestra varias cosas: la incapacidad absoluta de planificar una transición energética con cara y ojos, problemas graves de inmadurez, tanto de las tecnologías como de las capacidades directivas, y unos precios más que elevados que no se sabe bien dónde meter, cómo justificar ni cómo financiar.
Dicho lo cual, se refuerza la teoría que los políticos sólo saben trabajar en modo reactivo, no en modo preventivo.
Y aún así, como se ha demostrado en la entrada sobre baterías, NO eliminan los vertidos ya que al hacer falta una capacidad brutal de almacenamiento y de producción, lo más rentable es instalar más potencia de generación que capacidad de almacenamiento, lo que conduce invariablemente a vertidos en verano... y cortes de suministro en invierno.
Por otra parte... hay una contradicción con que no hacen falta sistemas de almacenamiento y este mito sobre la efectividad de reducción de vertidos si hay suficiente almacenamiento... A ver si se aclaran.
La electricidad es muy eficiente.
Probablemente uno de los mitos más extendidos y falsos que hay.
En realidad, un muy mal entendido derivado de la misma miopía que se utiliza a la hora de valorar precios y demás.
La realidad, es que hay ciertos usos que son eficientes, como los motores eléctricos.
Pero esa visión esconde la falacia: que la electricidad no la tenemos, y que la generación de la misma no es nada eficiente.
Es el problema de que sea una potencia en lugar de una energía: alguien tiene que convertir otra energía en electricidad al mismo ritmo que se consume. El Ritmo de Conversión es energía por segundo, o sea, potencia.
Y eso implica que el uso de la electricidad implica la generación de la misma. Y ahí es dónde está la falacia: es la generación la que es ineficiente.
El sistema más eficiente que hay para generar electricidad es la hidroeléctrica, con rendimientos que se acercan al 85% (una vez tenida en cuenta la eficiencia de transformación).
El siguiente sistema de generación en cuanto a eficiencia son los Ciclos Combinados. Sí, sí, los ciclos combinados, esos que utilizan gas natural para la producción eléctrica.
Resulta que las “ineficientes” energías fósiles son el segundo sistema más eficiente a la hora de generar la electricidad. Con un 60% aproximadamente.
¿Y cuál es el sistema menos eficiente de generación eléctrica? Pues la fotovoltaica. Con alrededor del 18% o menos. Una tercera parte de la eficiencia de los ciclos combinados esos que son tan “ineficientes”.
Por tanto, aunque haya usos de la electricidad que sean muy eficientes, el conjunto completo del sistema eléctrico NO LO ES. La eficiencia total es baja, muy baja, o bajísima si nos atenemos a la fotovoltaica.
El fallo está en mirar sólo una (pequeña) parte del todo. Esa parte puede ser (o no) muy eficiente. Pero cuando uno se mira TODO el tinglado completo, resulta que NO es nada eficiente.
Insisto: hay ciertos usos en que la electricidad es eficiente. Pero hay muchos en los que NO es eficiente ni de rebote.
Además, en 2007, con menos de 80GW de potencia instalada, no hubo problemas en suministrar toda la potencia demandada en todo momento. Pero para poder usar las REID, necesitamos más de 200GW de potencia instalada, una red eléctrica nueva (que tiene más perdidas al tener más distancia entre la producción y el consumo), y unos carísimos sistemas de almacenamiento.
¿Alguien me puede decir cómo es posible que con 80GW “ineficientes” y una red más “arcaica” podemos suministrar toda la potencia cuando la necesitamos mientras que con 200GW de la eficiente renovable además necesitamos sistemas de almacenamiento y una red eléctrica nueva? ¿Eso es eficiencia? ¿Con más de 150GW de fotovoltaica que tiene un rendimiento del 18% (y esa potencia una vez descontada la ineficiencia)?
Porque a mí no me lo parece.
Aun así, la eficiencia sólo importa cuando se usan combustibles fósiles, aunque den un 60% de rendimiento en la producción de electricidad, pero cuando se trata de la fotovoltaica, con su 18% (o menos, en muchos casos baja del 14%), entonces la eficiencia importa un rábano.
Más o menos como la opinión de aquellos que siguen creyendo en este mito hipócrita.
Las bombas de calor son una demostración de la eficiencia de la electricidad.
Sería cierto si fuesen eléctricas.
Pero no lo son.
Las bombas de calor son sistemas termodinámicos, no eléctricos. Funcionan en base a comprimir un gas mediante un compresor rotativo. Y ese movimiento rotatorio puede ser un motor eléctrico, unos pedales o un motor a gasolina o diésel como sucede con los aires acondicionados en los vehículos térmicos.
Y esos sistemas lo que hacen es bombear calor (de ahí el nombre) de una parte a una temperatura más baja (en un aire acondicionado esto es la habitación o la cabina del vehículo), hacia una parte con una temperatura más alta (que sería en ese caso, el exterior). No generan nada. Al contrario, la parte caliente se calienta más ya que la energía necesaria para el bombeo precisamente va a parar ahí, al lado caliente del paquete.
De nuevo, la presunta ganancia de eficiencia no se debe al uso de la electricidad, en absoluto. Igual es más eficiente el mover el compresor usando un motor diésel que usando la electricidad. Probablemente el uso de un motor Stirling (que en el fondo es otra bomba de calor reversible) activado por un concentrador solar para mover las bombas de calor de la aerotermia sería mucho más eficiente que el uso de fotovoltaica + bomba de calor eléctrica.
Por tanto, este mito es una falacia más, falsa como una moneda de 3,14 €, y que, de nuevo, lo que hace es poner sobre la mesa la falta de conocimiento de quienes la defienden.
El futuro es eléctrico.
Claro. Basta ver la evolución del consumo de la electricidad.
Este mito está emparentado, unido, a aquel de que la reducción de consumo de combustibles es debido a que nos estamos electrificando, al de la eficiencia de la electricidad, y a que los precios de las renovables son prácticamente regalados.
Aunque llevamos años instalando renovables a mansalva, no siempre de forma igual, sí que llevamos desde 2007 con un consumo de energía eléctrica estancado, incluso a la baja.
Así que es muy pertinente el preguntarse si la electricidad en realidad es el futuro. Porque un consumo estancado no indica que nos movamos en esa dirección ni de rebote.
De hecho, hay un asunto importante que analizar aquí. Me refiero a los impuestos.
Desde hace décadas, muchas, los combustibles fósiles han sido gravados con elevados impuestos. Más de la mitad de lo que pagamos en el surtidor son impuestos directos. Si añadimos los indirectos, más del 75% del coste de la gasolina o el gasoil son impuestos.
Eso implica más del 100% de impuestos.
Y lo hemos podido pagar sin problemas... hasta ahora.
Sin embargo, ya en 2022 hubo bajada de impuestos a la electricidad al 5%, de un 21 oficial al que añadir el impuesto especial, que dejaba los impuestos en alrededor del 30%
Y se bajaron esos impuestos porque la población no se lo podía permitir.
Ergo la electricidad no tiene el potencial recaudador de los combustibles fósiles. Y encima hay muchas aplicaciones en las que el uso de la electricidad es mucho más caro o directamente imposible (fundir cristal, por ejemplo).
Habida cuenta que hay muchas industrias que han abandonado Europa por los elevados precios de la electricidad, más bien parece ser que en lugar de un futuro lo que tiene es un pasado.
Básicamente, no estamos electrificando apenas nada, la industria está desapareciendo, y las fuentes de ingresos para el estado en forma de impuestos se están secando, a la vez que los gastos en subvenciones para la electrificación están siendo un coste añadido en lugar de un ingreso.
Y todo esto en un momento en que los estados están sobreendeudados.
En ese sentido, más bien podríamos decir que la electricidad nos va a privar de un futuro a medida que los estados quiebren.
Insisto: llevamos con un consumo de electricidad estancado desde 2007 (17 años ya), la potencia instalada no para de subir, los costes de la electricidad más de lo mismo, y encima, los defensores de las renovables, pidiendo un cambio de la red eléctrica porque, a pesar de consumir menos, resulta que ahora es la red eléctrica que en 2007 no tuvo problemas en suministrar más electricidad que ahora, la culpable de todo, ya que no puede “hacer frente” a los problemas de inestabilidad (que causan las renovables eléctricas intermitentes y descontroladas, o sea, que todos tenemos que pagar por los problemas que causan aquellos Seres de Luz que las defienden).
Cuando escaseen los combustibles fósiles, el aumento de precio de estos hará que el mercado se pase a las renovables eléctricas.
Justo en la entrada anterior de esta serie se aborda cómo esta falacia es incorrecta, empezando por las mismas teorías a las que alude, que aplica sólo de forma parcial.
Y justo en la explicación del mito precedente se explica cómo la electricidad no es el futuro.
¿Por qué?
Pues por la misma razón que se ha explicado, pero que conviene reformularla.
Hay, en la actualidad ciertas aplicaciones en las que la electricidad se pueden pagar aunque sea muy cara. Concretamente, la iluminación eléctrica (que es una de las causas del aumento del consumo eléctrico tras la puesta del Sol) es un elemento que por el valor que otorga, se puede pagar un precio muy elevado, especialmente debido a que el consumo eléctrico de la iluminación no es muy elevado. La nevera es otra de estas aplicaciones, aunque menor al ser un electrodoméstico que consume más.
De la misma forma, el pagar caro el kWh para un teléfono móvil o el ordenador no es algo que nos arruine. Encima consumen poco.
Sin embargo, el elevado consumo energético para la aclimatación térmica sí que es algo que no nos podemos permitir, ni a precios bajos.
Es más: el mayor consumo energético suele ser para obtener calor en invierno, justo cuando no hace Sol (de ahí que haga frío, precisamente). Y resulta que hay tecnologías renovables que son eficientes y baratas para conseguir calor, pero eso hace que no sean del interés de los mercados, como el agua caliente sanitaria, u otras opciones.
Con 52 tacos a la hora de escribir estas líneas, el Sol me ha hecho sudar muchas veces, incluso este mismo Febrero de 2024, sin embargo, nunca me ha electrocutado. Generar calor con el Sol es relativamente fácil, es más eficiente, y encima es relativamente almacenable durante unas horas sin necesidad de cosas complicadas.
Hacer lo mismo con electricidad es tremendamente caro, ineficiente, complejo y requiere cosas más sofisticadas.
Sí, claro, hay ciertos elementos que son muy útiles en el apartado eléctrico. Elementos como la mencionada iluminación que llevan con nosotros muchos años, más incluso que los coches (recordemos que los primeros coches que se vendían, especialmente en los USA, eran eléctricos). Pero eso sólo aplica a una parte.
No a toda la economía.
Y esa parte de la economía es la que no se electrifica ahora, a duras penas es rentable tal y cómo está. Si fuese rentable su versión eléctrica, probablemente haría tiempo que ya estaría electrificada.
Y otras cosas que siempre han sido eléctricas, como la reducción de alúmina a aluminio, no se puede permitir precios caros de la electricidad, como ya se ha demostrado en Europa, dónde las fundiciones de aluminio están cerrando todas.
Pero el tema de los impuestos es todavía más llamativo. Los elevados precios de la electricidad han hecho que el gobierno tuviese que reducir los impuestos a la misma, siendo ya de por sí más bajos que los impuestos a los hidrocarburos. Y aun así, el consumo de electricidad no sube, muchas empresas que usaban electricidad han tenido que cerrar e irse de Europa, y la subida de los combustibles fósiles no va a hacer que eso mejore.
No va a haber un cambio de tecnologías fósiles a eléctricas. Lo que está habiendo YA es la destrucción de la economía.
Ese es el problema del Peak Oil, su auténtica manifestación. Y precisamente se debe a que no hay posibilidad de sustituir los combustibles fósiles a precios rentables para la gran mayoría de actividades humanas.
Hay una conspiración en contra de las renovables.
Definamos conspiración.
Porque resulta curioso que los mismos que se quejan de los conspiranoicos son los primeros conspiranoicos.
Mucho decir que no existen conspiraciones a favor de las renovables, para acto seguido denunciar que las renovables son víctimas de una conspiración.
Veamos. Las conspiraciones son como las meigas: de existir no existen, pero de haberlas, haylas.
Sí, el petróleo mueve mucho dinero.
Mucho.
Y eso hace que muchos tengan intereses en defender el petróleo y negar el cambio climático y demás.
Por supuesto que sí.
Pero si eso es una conspiración, ¿qué son 750,000,000,000 de €? Porque me temo que por esos 750 mil millones (billones americanos) de €, es decir, como el 60% del PIB de España, son suficientes como para que muchos vendan a sus madres.
Ergo, si hubiese una conspiración de las petroleras, también decir que la hay de las renovables.
Eso, a mi entender, no es ninguna conspiración. Es simple y llanamente negocio, avaricia, el ganarse las habichuelas... y muchos otros intereses “alineados” (léase el tema intereses negativos y fondos de pensiones que se explicó en la anterior entrada).
Esa es la realidad habitual: muchos sectores diferentes encuentran interesante y beneficioso impulsar ciertas cosas, tecnologías, ideas, etc, así que entre todos los participantes en esos sectores “reman en la misma dirección”.
Así no es raro encontrar empresas eléctricas que también trabajan con el gas, que mezclan renovables con fósiles y similares.
Muchas empresas gasistas, y algunas además petroleras, también están metidas en el mismo ajo: las renovables y compañía. Ergo resulta que muchas gasistas están metiendo dinero a mansalva a favor de las renovables en lugar de su contra... lo que es contradictorio con la presunta conspiración petrolífera...
Y podríamos hablar aquí de intereses geoestratégicos, como el caso de las sanciones a Rusia, que han hecho subir el gas en Europa, y que han desplazado nuestra dependencia de Rusia (ahora tenemos un proveedor menos que antes) para que dependamos todavía más de... USA... que resulta que son los impulsores (impositores) de dichas sanciones.
Las intrigas palaciegas sí que son conspiraciones, y si no, que se lo pregunten a Cleopatra.
Las renovables nos proporcionan independencia energética. Son Democráticas.
Esa es otra de las falacias típicas de la Narrativa, esta vez, centrada en temas más políticos. Incluso muy políticos. También es una de las primeras en ser desmontada.
Los mayores productores de electricidad renovable son las hidroeléctricas y la eólica, así como los grandes parques.
Hasta dónde yo sé, eso de democrático tiene más bien poco: es lo de siempre.
Pero es que incluso aquellos que se han puesto fotovoltaica para autoconsumo se han dado cuenta que eso lo que hace es aumentar su dependencia del contador, no reducirla: ahora dependen de la “buena voluntad” de quien les compra la energía que producen, y de lo barata que éstos luego quieran venderles la que consumen.
Pero lo que ha dejado más clara la dependencia es la guerra de Ucrania. Los presuntos “cortes de consumo” de gas no han sido tales. De hecho, la mayoría de Europa ha aumentado su dependencia del gas (especialmente ruso) cuantas más renovables han metido en sus sistemas.
El uso del gas, como se ha explicado a lo largo de esta serie, es más importante cuanta más renovable, especialmente fotovoltaica, se meta, ya que es lo único que es capaz de estabilizar la red eléctrica. Así que a más renovables que no nos suministran lo que necesitamos, más dependencia del gas para que la red continúe funcionando.
Así que el precio de la electricidad se disparó a la primera que hubo problemas de suministro de gas. Y la cosa no ha empeorado precisamente por los inviernos cálidos que estamos teniendo que reducen el consumo del mismo.
Es algo obvio: si apostamos por unos sistemas que no nos dan lo que queremos, alguien nos tiene que conseguir la diferencia entre lo que nos dan estos sistemas, y eso que queremos. Y en lugar de aumentar nuestras opciones, las reducimos, así que la dependencia es cada vez mayor.
Y ahí viene lo importante: el poder básicamente va de eso, de dependencia. Es lo que quieren los políticos: que dependamos más y más de sus mandatos.
Y justo es lo que ofrece todo este sistema eléctrico, especialmente el hecho que sea potencia y no energía: dependencia, instantánea, de que tengamos la electricidad que necesitamos.
Y aquellos estados que han intentado aumentar su independencia gracias a las renovables, lo que han visto es justo lo contrario: California (que depende de Nevada y estados vecinos para mantener su red eléctrica marginalmente estable, no olvidemos de los cortes programados), Alemania (que tiene que pagar a toda la península escandinava, Dinamarca, Países Bajos y alrededores para que dejen de producir renovable, o para que les presten servicios de estabilidad), China, que ha parado sus planes de renovables y ha acelerado la instalación de nuevas centrales de carbón (llegando incluso a aceptar de mala gana carbón australiano que antes habían intentado boicotear), al estilo que está haciendo Alemania (que ha tenido que quitar un parque eólico para acceder al carbón de baja calidad que hay debajo). También podríamos hablar de Francia, que cuando ha tenido sus nucleares paradas ha tenido que comprar electricidad a otros países, como España, pero que luego se ha forrado al suministrar estabilidad a esos mismos países.
Incluso podríamos analizar la situación de las Baleares: quieren quitar su central de carbón a la vez que amplían sus instalaciones renovables, pero dejando la compensación y estabilidad al cable que las une entre ellas y con la península, es decir, la dependencia de que alguien de fuera les proporcione servicios que hasta ahora podían apañarse en las propias islas.
Bueno... por supuesto está la dependencia del carbón, o del gas. Pero eso no quita que las renovables nos den esa independencia. Para empezar, de los aerogeneradores, o de los paneles fotovoltaicos, o de la electrónica necesaria para mantener todo ese tinglado funcionando, ¿de dónde vienen?
También cabe recordar el análisis de los incidentes de la red eléctrica europea que se analizó en esta serie, y que demuestran precisamente esa interdependencia y de las consecuencias de apostar por este modelo.
La electricidad es la energía más eficiente que tenemos.
Mi favorita.
Hace algún tiempo, me pasaron un enlace a un simposio o algo así dónde se celebraban varias conferencias durante un fin de semana sobre el tema del cambio climático y la transición energética.
Estas rondas de charlas estaban amparadas por cierto gobierno autonómico, así como por empresas que se forraban, perdón que estaban mejorando el mundo con sus negocios, perdón, servicios.
La primera charla fue realmente reveladora. No pude terminar de verla, la risa tonta me obligó a dejarla de lado a los 10 minutos (de los 30 que duró).
Básicamente, era un aquelarre. Un “Ritual Público de Reafirmación en la Fe”, un “Acto de Fé” explícito dónde dijeron, literalmente, que lo que se dijeses en esas jornadas era la única fuente de la verdad, y que cualquier cosa contradictoria que se pudiese llegar a decir era, sin lugar a dudas, obra del diablo, perdón, de los rastreros e infrahumanos conspiradores a sueldo de las petroleras, manipuladores y generadores de desinformación.
Que por mucho que digan que la fotovoltaica no produce de noche, que eso era un invento negacionista.
Y que había muchas conspiraciones super poderosas y malvadas en contra de que las irrefrenables, todopoderosas, divinas renovables no demostrasen todo su potencial, y que todas las cosas malas que se les atribuían a dichas renovables (como que de noche no hay fotovoltaica y sin viento no hay eólica) son falacias y desinformación.
Sólo les faltaba firmar con “Palabra de Newtral” (equivalente a “Palabra de Dios”).
Lo que ya demuestra de por sí la mentalidad sectaria, en el sentido de religiosa (¿acaso hay otros sentidos?) de los participantes en esas charlas.
La segunda charla hablaba de la independencia que iban a conseguir en esa autonomía (muy poco autónoma en el sentido energético) gracias a las renovables.
Esta charla estaba impartida por una política miembra del bobierno autonómico, que se identificó como ingeniera eléctrica (igual hasta tenía un título oficial de la tómbola de turno) y que apelaba a sus conocimientos ingenieriles (falacia de la autoridad) para decir e insistir que las renovables no tenían ningún tipo de problema con la intermitencia, que eran democráticas, y toda la sarta de mitos que aquí se han descrito.
Empezando, directamente, por éste que aquí concluye esta entrada.
La Electricidad NO ES una Energía, por mucho que diga esta señora. Es una Potencia. Es algo de primero de ingeniería, por no decir de física de bachillerato (o de la ESO). ¿Cómo es posible que una persona que dice que ha estudiado ingeniería eléctrica no entienda esto?
Pero el hecho de que sea una potencia implica directamente que no la tenemos, hay que generarla (algo de lo que apenas habló, a pesar de ser el núcleo central de la ingeniería eléctrica de redes de distribución y potencia, así como uno de los elementos importantes de otras ingenierías asociadas como la electrónica) cuando hace falta, hay que tener la producción y la demanda balanceadas, algo de lo que no se dijo nada en absoluto en ningún momento.
Y todo eso, como ya se ha explicado, implica que es muy ineficiente.
Así que ni es energía, ni es eficiente, ni la tenemos.
Tres falacias en una sola frase.
Y, sin embargo, es “lo más importante” en opinión de esta persona.
Lo cual me hace preguntar si esta persona tiene la más remota idea de qué va esto de la electricidad. Lo que me hace pedir que se le retire el título de ingeniera: ha demostrado que es un fraude que no sabe de qué va esto.
Claro que es posible que sí que lo sepa. Lo que demuestra que miente.
Habida cuenta que está en una posición de poder, que no paraba de repetir aquello de independencia para una autonomía en la que ella pasaría a tener más poder sobre una población mucho más dependiente de ella, me inclino por pensar que no sólo miente, es que habría que quitarse de encima semejante carga púbica, o pública, según se mire.
Para el bien de todos.
Es sólo una cuestión de voluntad política.
He dejado para el fina la más importante, la clave de todo esto.
Si, eso de la “voluntad política”.
Suena mucho a la “voluntad divina”.
Hace menos de un siglo, cuando en España la pertinaz sequía hacía su aparición, se solía sacar alguna figura religiosa en procesión, para ver si la “voluntad divina” proveía de lluvia los campos.
Ahora, que volvemos a estar en pertinaz sequía, parece que, en lugar de sacar esculturas religiosas inanimadas, sacamos a figuras políticas muy vivas al púlpito, pidiéndoles lo mismo.
Me pregunto si estamos de nuevo en el camino Maya de invocar la lluvia.
Para proponer nombres, lo digo...
Porque, me pregunto yo ¿pueden los políticos hacer que llueva? ¿pueden “imprimir petróleo”? ¿Pueden hacer que el sol no se ponga nunca para así tener fotovoltaica las 24 horas del día?
Porque a mí me parece que no.
Todo eso es el timo del tocomocho.
Los políticos (ni los humanos, por eso) tenemos el poder de conseguir energía a voluntad. Al contrario, la usamos, la gastamos, pero la obtenemos de la Naturaleza. Es una energía natural. Sí, el petróleo es natural.
Nuestro poder está precisamente en el uso de la energía.
No en su creación.
Los políticos no pueden acabar con la sequía, por mucho que digan eso en un periódico. No pueden hacer que llueva.
A lo sumo, pueden utilizar energía para desalinizar agua, pero poco más.
Energía que cada vez abunda menos.
Porque el problema que tenemos es, precisamente, energético.
Sin embargo, la gente, en la creencia religiosa del poder supremo de los políticos (y sus “sacerdotes científicos”), cree a pies juntillas que pueden hacer lo que deseen, y que, si no se hace, es porque los políticos (los dioses modernos) no quieren.
Porque, razonan, si hace falta, se imprime dinero, y con ese dinero se obtienen fotovoltaica y baterías y eólica y ya está.
Que eso implica inflación, pobreza, pérdida de poder adquisitivo, inviabilidad económica, etc, no les entra en la cabeza.
Sin embargo, ése es precisamente el problema. El agua desalinizada es carísima, ergo ya podemos entrever que el nivel de vida va a empeorar, la inflación a dispararse, y que los problemas reales no se van a solucionar. Nada que no hayamos visto ya.
Y, si la energía escasea, entonces la cosa empeora.
Porque eso implica que, en realidad, no estamos arreglando el problema, sólo estamos pateando el mismo hacia adelante. Y agravándolo.
Volviendo al tema energético y seco, ahí hay un nuevo interés: dado el problema de una electricidad intermitente y descontrolada, el poder utilizar esos excedentes que siguen aumentando para así desalinizar agua es otro “parche” al estilo Hidrógeno 2.0 para intentar dar una salida más rentable a ese exceso de generación renovable.
Ahí algunos ven una posibilidad de paliar el problema, igual que los alemanes lo vieron en el hidrógeno cuando hacia 2019 el problema de los curtailments empezó a agravarse, y, por tanto, una manera de hacer relativamente rentable un fiasco económico de gran calado.
Pero el resultado, obviamente, es el desplazar las pérdidas hacia otro sector: el del agua.
Se pretenden cubrir pérdidas de unas renovables que no nos dan lo que necesitamos, cobrando de más por otras cosas más necesarias como es el agua (y también, de forma indirecta, la comida).
Pero eso no es más que la visión tactica del problema y de la “solución du jour” planteada.
Porque el problema grave en realidad es filosófico, cultural, religioso.
Si, religioso: estamos viendo a nuestros políticos (o economistas o científicos certificados) como los nuevos dioses.
Porque esto es una religión “laica”, una creencia sin ninguna base científica. Un constructo cultural que sustituye la religión tradicional de la cultura local por otra religión dónde los Hombres son Dioses todopoderosos, imbuidos del poder del Divino Progreso (Exponencial).
Algo absolutamente falso.
Y la cura de humildad que nos espera es de órdago.
Porque antes de eliminar este pensamiento (especialmente de nuestros amados Líderes Supremos y Divinos), se sacrificarán muchas otras cosas.
La paz, la democracia y el concepto moderno de Estado Nación figuran entre los primeros.
Pero eso, lo veremos en la siguiente entrada.
Conclusión.
Esto se viene abajo.
Y nos va a pasar factura.
Beamspot.
Totalmente de acuerdo. Usar electricidad para calentar (también a uno mismo) es muy poco eficiente. Por eso insisto tanto en que vivir con fV no es como vivir sin ella. Por eso hay que calentar con otras fuentes o cuando hay sol en la medida de lo posible. Pero como dices luz y añadiría nevera (una nevera pequeña y moderna gasta muy poco), tv, ordenador... incluso me atreveria a decir que una calefacción de aerotermia (siempre con suelo radiante) a régimen tiene mucha inercia para aguantar una vez que se va el sol en una vivienda muy bien aislada. La vida en FV es muy diferente, eso está claro, y si electrificamos todo y no cambiamos nuestros hábitos de consumo... pues tiramos el dinero y la energía
Gracias por el post, como siempre completísimo e interesantísimo. Me gustaría añadir algún matiz importante.
Cuando dices "Los recortes y el hecho de que nadie quiera pagar la electricidad que generan, de ahí el precio a 0€, es una demostración precisamente de que esos problemas existen." No es que nadie quiera pagar esa electricidad a precio cero, es que esa electricidad renovable llega al mercado en horas donde muy poca gente la necesita (me refiero a los gigantescos excedentes que producen las renovables en días de sol y viento en las horas centrales del día), de ahí que sencillamente no hay a quién vender.
Yo si creo que el autoconsumo tiene gran interés e importancia, pero efectivamente la gente que se mete al autoconsumo no está en absoluto informada y está siendo timada por las grandes comercializadoras que se han lanzado como si no hubiera un mañana a colocar instalaciones a mucha gente que no la puede amortizar, porque sencillamente no consume en horas de producción y/o tiene un grado de electrificación bajo en su vivienda. El autoconsumo implica unos hábitos de vida adaptados al ciclo solar (y la capacidad de generación de la instalación, no siempre dimensionable a discreción), y ahí es donde sí es una solución. Pero es cierto, que pocas personas con un trabajo tiempo completo puedan hacerlo. De ahí la próxima vuelta de tuerca del sector: el almacenamiento. Por otro lado, mucha razón tienes en el gran problema en que se han convertido los excedentes monstruosos en horas de sol en ciertas áreas urbanas (llevándose por delante algún que otro transformador). Es más, si el almacenamiento no se generaliza a nivel doméstico y seguimos así, no sólo no se acabarán compensando los excedentes, sino que se barrunta incluso penalizar el vertido en ciertos momentos, como el fin de semana. Porque como señalas, mantener la red de transporte y distribución es cada vez más desafiante y caro.
Por cierto, el gráfico que has puesto de las baterías es de las de ión Litio, pero en autoconsumo prácticamente es todo LiFePO4 (y el plomo sigue reinando en aisladas, pero ese es otro mundo), y las ventas (no he mirado las estadísticas pero estoy casi seguro) si no están aumentando lo van a hacer muy pronto. El inversor híbrido modular con BMS y batería será la norma y los precios (con subvención) empiezan a ser más razonables (sólo la exención de hasta el 60% de IBI durante 5 años te paga casi media instalación, y las hay). No creo que lleguemos a final de año sin que los autoconsumos se vendan sistemáticamente con batería (si el perfil de consumo del usuario la necesita claro). Y en el sector comercial e industrial el almacenamiento también se está empezando a imponer (con las monstruosas baterías de 2 MWh de Huawei)
En fin, dicho esto estaremos de acuerdo en que el almacenamiento nos lleva de cabeza (y probablemente rápido) a los límites de la minería (de Li hoy, de lo que sea mañana) y al problemón de la recuperación y el reciclaje, como muy bien explicas... y por supuesto, sin almacenamiento a las renovables les queda muy poquito recorrido. Los límites siempre mandan. Lo sorprendente es que nadie empiece a plantear en que nuestra civilización, si quiere ser solar y eólica, tendrá que serlo con los ciclos y la abundancia que nos imponga el sol y el viento, y esto requiere un cambio de paradigma que por ahora ni está ni se le espera. Mal vamos.
Un saludo
Luis