Introducción.
En plena campaña electoral municipal, en el canal de Telegram asociado al blog The Oil Crash, salió el tema del decrecimiento y de los partidos decrecentistas.
En mi opinión, el activismo político, de ninguna especie (ya ni siquiera sobre el Cambio Climático), es aceptable: es contraproducente.
La política lo ha corrompido todo tanto que la gente está hasta los mismísimos de cualquier cosa que tenga que ver con política.
Cada vez oigo más adeptos a cierta máxima: “el político bueno es el político preso”. O, dicho de otra manera más de Marx, Groucho Marx: “Cualquier persona que se postule para político queda directamente invalidada como tal”.
Pero el caso del Peak Oil, del Cambio Climático, y más concretamente del meollo de la cuestión, el decrecimiento, es directamente una “imposibilidad política”, lo cual lo excluye.
Sin embargo, a la vez, es una “inevitabilidad histórica”, y eso hace que el choque sea inevitable.
Al menos la primera aseveración, la “imposibilidad política” es precisamente de lo que pienso hablar en este post.
No es agradable, aviso.
Porque el decrecimiento es inevitable.
Por eso, me abstuve en plena campaña de proponer, en un principio, de coña, un “programa electoral decrecentista” del Partido Decrecentista Impopular.
En un canal de Telegram, eso no hubiese pasado de cuatro palabras mal puestas y un (más que seguro) posible mal rollo mal entendido, algo que, dicho sea de paso, se me da bien (lo de generar malos entendidos e incendiar el canal).
Así que por eso, se me ocurrió hacer algo típico mío: un ejercicio mental.
Es decir, una propuesta.
Antecedentes.
Sin embargo, antes, se me ocurrió algo todavía más “feo”: repasar las propuestas electorales municipales, y si no encontraba nada decrecentista allí (que fue precisamente lo que pasó), entonces buscar propuestas de partidos decrecentistas, para hacernos una idea de por dónde van los tiros, en el tema político, como propuesta real, del tema ese del “decrecimiento”.
Además, por esas fechas, empezaron a salir algunos artículos que atacaban el decrecimiento como algo “peligroso”, “malo”, “a evitar”, como “un enemigo”, etc.
Obviamente, esto envalentonó a algunos de los autoproclamados “decrecentistas”.
El primer análisis de la particular situación municipal de la localidad en la que resido fue bastante curioso y revelador.
Creo necesario empezar por decir que vivo en VillaParchís, una ciudad dónde todas las calles son casillas de un tablero de parchís, de colores varios, y según dónde caigas, te “matan” y te envían a “la casilla de salida”.
El Hayuntamiento saliente, en su sabiduría medioambiental, ha decidido que para el bien de la población, del decrecimiento y del medio ambiente, la calle de cinco metros de largo de al lado de casa debía ser dirección prohibida, así que para evitar que esos 5 metros se contaminasen, los coches debían dar una vuelta de 400m.
Como todos sabemos, contamina mas circular 5m en frente de la casa del regidor de turno que 400m en pleno atasco justo delante de Urgencias, dejando las ambulancias sin posibilidades ni de entrar ni de salir.
Más aún si por allí hay un cole dónde la mayoría de los niños vienen de fuera del pueblo (invasores!) y no tienen alternativa.
En su magnanimidad, el bobierno municipal, perpetró un ambicioso plan para “disuadir” a la población de que viniese y se fuese para otra parte, y encima pagasen otros: la mayor parte se empezó a ejecutar la misma semana de las elecciones, y dos meses más tarde el nuevo ayuntamiento no puede parar las obras cuyas facturas aún están por venir en una situación de quiebra (tanto económica como de credibilidad).
Máxime si tenemos en cuenta que la población clama precisamente para que no sólo no continúen esas obras, es que además exigimos que se deshagan los desmanes anteriores, que las ambulancias puedan circular, y que puedan entrar en Urgencias sin problemas.
Las medidas de “pacificación del tráfico” se han convertido en una auténtica guerra civil, en cabreo generalizado.
Es en esa tesitura que hay que encuadrar los programas electorales que me leí.
Todos los partidos menos los salientes tenían una propuesta “reina” por encima de todas: deshacer los entuertos que nuestros “pilares de la suciedad” nos había otorgado con toda la buena Fe del mundo (lo que es bueno para las élites, obviamente tiene que ser mejor todavía para el resto del pueblo, por lo que se ve).
Ni que decir tiene que el descalabro de estas “élites” fue mayúsculo (se quedaron como con el 25% de los votos de las anteriores elecciones, aunque en escaños fue peor porque el cabreo hizo que las urnas se llenasen bastante más), además de previsto.
Ese trato dispensado por los Supremacistas Morales, utilizando el Medio Ambiente como excusa para que nade les moleste en su casa, aunque eso sea una gran molestia para el pueblo al que dicen extorsionar gobernar, además de un aumento en las emisiones de NOx, CO2, adrenalina y bastantes exabruptos, dejó claro que no saben mucho sobre ni medio ambiente, ni de lo que quiere el pueblo, ni de nada que no sea “mejorar” o “crecer” en su propio “bienestar”. El propio de ellos, las élites, no el del pueblo (al resto, al pueblo, a los seres infrahumanos, a nosotros, que us bombin, en palabras de un sabio político de casta).
Ese resentimiento contra la casta política, esa élites autoproclamadas “superiores mor(t)almente” y que nos pretenden decir lo que tenemos que hacer, aunque ellos sean los primeros que no están dispuestos a hacer lo que nos exigen al resto (veamos el caso de cierta ministra que al bajarse de su jet privado se montó en una bici a pilas, con un coche delante y otro detrás, blindados, diésel, llenos de escoltas, sólo para hacerse la foto y luego decirnos que el resto tenemos que “hacer como ella”, ojo, sólo la parte de la bici que lo del jet privado como que no) es causado por esa hipocresía que lucen y restregan.
Ese tipo de respuesta hizo que el abanico de opciones electorales fuese enoooooorme.
Una docena y media de partidos diferentes, la mayoría tipo “el partido de Juan” y el de “Vota a la Paqui”.
Ni que decir tiene que la medida de portada de todos era dejarse de las tonterías de los que han salido.
Sin embargo, el resto es lo que llama la atención.
Todos, sin descontar ni uno sólo, prometían dejar de gastar en tonterías, y dedicar MAS recursos a esto y a lo otro (a los servicios como la pelu de la Paqui, al sector del comercio del Juan, etc), destinando los dineros que se ahorraban de tanta tontería saliente a las “nuevas” exigencias del pueblo.
Y es que eso eran estos partidos: gente de la calle, del pueblo, que al ver que nuestros amados líderes no tienen ni idea de cómo solucionar los problemas del pueblo, pues ven claramente que cualquiera podría hacerlo mejor.
Y tienen razón. Hay que ser muy bueno para hacerlo peor. Hay que entrenarse para ello.
Dicho lo cual, no quiere decir que hacerlo mejor sirva de mucho, dada la altura, o, mejor, bajura, del listón.
Sobre todo, porque deshacer tanta cosa mal hecha costará un pico… amén de las facturas que aún están por llegar a los que ahora entran, a cuenta de los que ya han salido (y que lejos de asumir ninguna responsabilidad, hasta saldrán ganando, puesto que algunos de los contratos van a parar a “amigos”).
Lo que queda claro, en todo caso, es que TODOS los partidos, SIN EXCEPCIÓN, promete AUMENTAR los gastos en X sitios, “para el bien del pueblo”.
Muchos de esos partidos “populares” (en la acepción de “provenientes del pueblo”, que el PP, a pesar de aumentar sus votos, apenas sacó como un escaño) además tenían ideas presentables y más adecuadas a las necesidades de la población.
Necesidades que invariablemente pasaban por “crecer”.
Ni uno decía lo de reducir nada. Menos aún impuestos. Casi todos decían que había que subirlos, aunque algunos pocos al menos se limitaban a decir que bastaba con mantenerlos, puesto que la pasta gansa que los anteriores se había gastado bastaba para hacer mucho.
Ya se ha dicho que esos, los salientes, se gastaron incluso lo que los que ahora entran van a recaudar, como para encima gastarse dinero en otras cosas.
Va a ser que no.
Decreciendo, pero no tanto.
Así que me puse a buscar sobre programas decrecentistas.
Esos sí que hablaban de decrecer.
Aún así, me ha costado encontrar datos, aunque cierto post de The Oil Crash ha echado algo de luz sobre el tema. El canal de Telegram asociado, además, ha aportado más información, y algún que otro enlace.
Precisamente el sujeto de ese post, habla en este enlace de algunas ideas decrecentistas del partido del que forma parte.
Ahí básicamente hace hincapié en dos puntos: la desigualdad, y la jornada de 35 horas semanales.
De lo primero, singue insistiendo en que la desigualdad no para de crecer, cuando está demostrado que eso es falso.
Lo de la jornada de 35 horas, simplemente es aquello de cobrar lo mismo haciendo menos. O sea, menor productividad, que en Europa lleva años bajando, no sólo en España. En realidad, eso se traduce que o bien el empresario tiene que contratar a mas personas para hacer lo mismo, o bien produce menos, o bien quiebra. En todo caso, significa que el coste del producto o servicio, se encarece para la empresa, y lo más probable, es que repercuta eso en el precio final.
Lo cual nos lleva a la inflación.
Otra medida habitual que he visto en estos programas políticos, aunque ésta hoy en día prácticamente desaparecida, es aquello de la Renta Básica Universal. La pregunta sobre esto siempre es la misma: ¿quién paga, de dónde sale el dinero?
La teoría decía que se podía imprimir tanto dinero como hiciese falta. Al menos, la Teoría Monetaria Moderna (o MMT por sus siglas en inglés). Que se contradecía con otras teorías.
Los hechos han demostrado que toda esa teoría MMT en realidad no se sostiene, y que como era predecible, el imprimir dinero a mansalva produce inflación.
Es decir, que básicamente los resultados se traducen en un crecimiento de la inflación.
Además, en el caso de la RBU, en un aumento, un crecimiento del gasto del gobierno. Otro crecimiento.
De la misma forma, con otras ideas que promulgan como la de prohibir el vehículo privado e incentivar el transporte público.
De hacer que la gente deje el coche por ley.
A cambio, se trata de poner mucho más transporte púbico, y consecuentemente, cobrar muchos más impuestos (a los propietarios de coches, pero no cualesquiera, eh, sólo a los de coches a combustibles sucios, que los ricos con Teslas de 100,000€ no iban a pagar ni la electricidad).
Es decir, que el bobierno de turno que ellos, los que promueven el decrecimiento quieren formar, va a crecer, así como la pasta que iban a recaudar, los impuestos, las obligaciones, las cargas púbicas, para que el resto, los otros de la población decreciese de forma forzada, por ley, a base de impuestos y prohibiciones por orden y mando de los nuevos “Seres de Luz” que se autotitulan decrecentistas… pero que si asumen el gobierno van a ver crecer el gasto, la recaudación, su organigrama, su infraestructura, su poder.
Si un decrecimiento a repartir entre una población se tenga que asumir sólo por una parte mientras la otra sigue creciendo, ni es igualitario (pero como son “Moralmente Supremos”, también son sobre todo “igualitaristas”, ya sabéis, los hay más iguales que otros, que decía Orwell en Rebelión en la Granja) ni justo ni nada.
Bueno, justo para los que mandan, que por algo son más iguales, y por tanto deben tener más.
Muy decrecentista todo. Sip.
Directamente, significa que una parte de la población va a tener que decrecer más que lo que les toca.
Sin más.
Eso se resume muy bien en una frase que se les puede endilgar como eslogan de esta gente directamente:
Decrecimiento para ti, pero no para mí.
Obviamente, en el estado de crispación contra los políticos, el clamor popular va por otros derroteros: o decrecemos todos o tiramos el decrecimiento al río.
Un ejercicio mental.
Pero es que ni estos “decrecentistas ajenos” tienen claro el nivel de decrecimiento, ni idea de economía, ni de energía, ni de peak oil, ni lo que éste implica.
Eso no es decrecer. Ignoran totalmente lo que significa el Peak Oil.
No va de eso. Va de decrecer.
Voluntariamente (que será que no) o a las malas. Muy malas.
El decrecimiento no es una opción. Es un hecho inevitable, y en curso.
Pero DECRECER. En mayúsculas.
Eso significa muchas cosas.
Menos gastos discrecionales. Menos desplazamientos. Menos vacaciones. Menos productividad: mas horas trabajadas para conseguir lo mismo (justo lo contrario de la jornada de 35 h).
Menos trabajo.
Menos poder adquisitivo.
Menos lujos. Menos cosas. Menos ropa. Menos vacaciones. Menos viajes. Menos helados.
Menos subsidio del paro. Menos sanidad, menos educación, menos parásitos administrativos improductivos.
Menos cargos que cobran por no hacer nada.
Menos jefes y más indios que haga cosas productivas (con sueldos menores).
Menos negocios.
Menos beneficios.
Menos ingresos por impuestos.
Menos prestaciones.
Mas pobreza. Lo único que va a crecer.
Así pues, un programa político decrecentista debería apostar por recortes en educación, sanidad, pensiones, salarios púbicos, cargos púbicos y cargas públicas, menos flota para altos cargos, menor infraestructura burocrática, etc.
Recortes, básicamente.
También recortes en los impuestos, para que un sector privado cada vez en peor estado (me refiero a las PyME’s y autónomos, que son la mayoría de las fuentes de trabajo, la espina dorsal de la economía) aún pueda sobrevivir a pesar de una reducción en la productividad.
Obviamente esa breva no caerá, lo que caerá serán precisamente las PyME’s y los autónomos, y los empleos y la economía. Todo para salvar a los que mandan. Recortes en la sociedad.
Y recortes en las normativas y regulaciones, que sólo ponen chiringuitos y “guardianes de la puerta” para que gente que ni pincha ni corta cierre el paso o el acceso a sectores de la población a ciertos tipos de negocio. Al menos sin pasar previamente por caja de cierta empresa privada “amiga” (pongamos por caso Applus).
¿Alguien en sus cabales iba a presentar semejante propuesta impopular?
¿Que partido fue el último que en sus propuestas (y posteriores ejecuciones gubernamentales) llevase el tema recortes de todo?
¿Cómo les sentó a los vecinos del norte inmediato que les recortasen las pensiones?
¿Alguien quiere ser más pobre (todavía)?
Quien presente esto no va a conseguir ni un triste voto.
Y lo sabéis todos.
Ni yo ni nadie quiere decrecer. A lo sumo, quedarnos cómo estamos.
Pero ¿decrecer?¿Que nos bajen el sueldo, que nos quedemos con menos paro, sin jubilaciones, sin sanidad, sin educación, más pobres?
¿Alguien quiere ser cada día más pobre?¿Que cada mes le bajen un poquito el sueldo?
¿De verdad alguien se cree que la población va a aceptar eso?
No, decrecer es una imposibilidad política.
Todas las propuestas decrecentistas que he visto de decrecentistas no tienen nada. Siempre pretenden hacer crecer el gobierno a costa de los demás.
No en vano vuelvo a escuchar ese apodo clásico ya de “sandías”: verdes por fuera, rojos por dentro.
La mayor parte del activismo político relacionado con el decrecimiento y con el cambio climático ha sido totalmente supeditado, cooptado, por una agenda política muy grande (que por mucho que se autoproclamen “de izquierdas” de eso no tienen nada, ya que están supeditadas al gran capital) que no duda en demostrar su “Supremacía Mor(t)al”.
Por eso el activismo político ha dado contra la pared de la hipocresía más dura posible, y la gente les está dando la espalda. No en vano, a Santiago Muiño, y a sus acólitos de partido, se les considera ecofascistas.
Precisamente por eso.
Los negacionistas arrecian, van a más, y el desencanto político, espoleado por la legitimación del odio hacia todos los “seres inferiores moralmente”, los “otros”, los “infrahumanos” que, como servidor, nos negamos a seguir los dictados de semejante banda de ecofascistas, está creando una situación explosiva.
Los que tienen el poder sienten cómo se les escurre por entre los dedos, así que están volviéndose cada vez más autoritarios.
Porque saben que ellos también van a tener que decrecer, pero al ser los poderosos, son los que más van a intentar evitar un decrecimiento que les cuesta mucho más, tienen más que perder. No sólo por ser las “élites”, también porque por definición son más ambicios@s (es decir, tienen mayor “necesidad” de “crecer”) que “la cesta de deplorables”.
Es nos pone en rumbo de colisión.
Y para los que hemos hecho los deberes, sabemos que el inevitable decrecimiento va a venir por las malas.
No tardará mucho tiempo.
Y ese decrecimiento para todos también va a alcanzar a las élites.
Se llama Quiebra Soberana, o “default” (quiebra en la lengua el imperio).
Viene por la parte de los fondos de pensiones, especialmente.
Los gobiernos son insolventes. Eso es lo que pretendo decir, y el decrecimiento, la bajada de la TRE, junto con la subida de los tipos de interés, empeora la cosa.
Pero dado que los que mandan tienen la sartén por el mango, aunque ésta les queme y se les esté escurriendo, aunque el margen de maniobra se está reduciendo, algo harán.
Y todo apunta a que harán lo único que se puede hacer en esa tesitura, la única maniobra que les queda de margen: la guerra.
Tanto una opción (quiebra soberana, dejar de pagar pensiones y demás, que aprovecho para decir que nos han rescatado de esta situación no hace mucho) como otra (guerra) son sistemas de decrecimiento.
Decrecimiento para todos.
Decrecimiento por las malas.
Y es inevitable, inexorable.
Y eso va ha hacer reventar la política (en la que es imposible el decrecimiento) por todas sus costuras.
¿Suena feo?
Lo es. No me gusta, pero es lo que hay.
El decrecimiento es inevitable, y preferiría que fuese de otra manera. Me gustaría que fuese más racional, más justo.
Pero o todos nos llevamos nuestra ración igual y justa de decrecimiento, o esto acaba mal. Y digo claro: TODOS.
Sabemos que será que no.
Al Universo le importa un bledo que nos guste o no, que sea feo o bonito, que sea lo que deseamos o no.
Por muchas fuerzas que pongamos en ese deseo.
Así que no, no quiero decrecer.
Porque vamos a decrecer.
POR LAS MALAS.
Ánimo.
Beamspot.
Buenas beamspot, con una duda, la segunda grafica la que dice got milk, de donde la sacaste, en el foro crash oil hay un post hablando de el, pero no recuerdo cual es, te lo agradeceria mucho
El brent ha estado por encima de los 97$, ahora 96%$, sobre la posibilidad de llegar a los 100$ dejo este artículo.
https://oilprice.com/Energy/Energy-General/100-Oil-Is-Bad-For-The-Economy-And-For-OPEC.html