Prólogo.
Han pasado ya unos años desde que empecé a escribir La Lavadora, y mientras, algunas personas me han interpelado por una cuestión que cada día que pasa está cogiendo más auge.
Normal, no me expliqué bien, pasó desapercibido, mezclado con otros temas.
Pero estos últimos años, los eventos se están acelerando, y están revelando algunos efectos, como el ya conocido Efecto Ribera.
Pues bien, como era de esperar, se ha producido otro evento diferente, relacionado con esta cuestión, que es la manifestación, la emergencia de otro efecto que, vaticino, irá en auge en las políticas convulsas que vienen.
El Evento.
Me refiero a un Evento que ha pasado con sordina estos días, con bastantes medios de comunicación limitándose a poner el comunicado público sin más.
Se trata del parón automático y sin ninguna consecuencia del reactor nuclear Almaraz II. Una parada técnica por razones técnicas y de seguridad de la misma central nuclear.
No, no hay que alarmarse por una posibilidad de accidente nuclear.
El problema, sin embargo, está relacionado con el Efecto Ribera. En este caso, sin embargo, en lugar de cortar consumo, va por el otro lado, el recorte de producción… que puede desembocar en un corte de suministro más amplio visto el ritmo al que van las medidas para paliar el Efecto Ribera.
Es decir, puede empeorar mucho la situación de este último efecto, obligando a contratar mucha más potencia interrumpible.
O a cambiar de planes.
El Problema.
Por supuesto, el problema de raíz es el mismo: la inestabilidad que meten en la red eléctrica las renovables eléctricas intermitentes y descontroladas.
En Australia, hace también pocos días, allá por octubre de 2024, hubo otro problema de apagones generalizados debido a unas renovables incapaces de darnos (darles) lo que necesitaban.
En este caso, me refiero a la problemática de Broken Hill, una localidad en Nueva Gales del Sur, Australia, que tiene instalados 200MW de eólica industrial, 56MW de solar fotovoltaica industrial, como 6000 instalaciones de fotovoltaica de autoconsumo, 25MW de turbinas diésel, y 50MW de batería con 100MWh de capacidad (dos horas a plena carga y toda potencia).
Si, habéis leído bien, tienen una buena batería.
650M$ para unos 20.000 habitantes.
El consumo se estima en unos 36GW, aunque a buen seguro se redujo mucho.
Tanto como que durante la mayoría del tiempo fue de exactamente 0. No había manera de hacer funcionar la red eléctrica.
Es decir, con casi 300MW de potencia renovable instalada, batería y una turbina de gas operativa (tienen dos, pero la segunda estaba fuera de servicio, en mantenimiento programado), no había manera de mantener la red eléctrica estable para un consumo de 36MW, poco más del 12% de la potencia máxima suministrable.
Y eso duró varios días, hasta que pudieron restablecer la conexión con la sucia y contaminante provincia vecina que les suministra energía estable y fiable 24/365 a base de carbón.
Por allí se habla ahora de añadir sistemas de compensación tipo volantes de inercia (como ya se hace en algunas islas con renovables y menor consumo), etc. Y que conste que no era por falta de potencia, era un problema de inestabilidad, acrecentado por un sistema no muy estable de turbina diésel (el queroseno de aviación y el diésel son muy parecidos, con poca diferencia, hasta el punto de que muchas turbinas pueden quemar toda una variedad de combustibles, desde diésel pesado hasta gasolina) de poca potencia.
Volviendo a nuestro país, y según la CNMC, esta inestabilidad se tradujo en la central extremeña de Almaraz II en forma de subidas de tensión por encima del límite superior permitido, oscilaciones rápidas, incluyendo bajadas de tensión, etc.
En definitiva, lo que conocemos como inestabilidad en la red eléctrica.
Dado que las centrales nucleares son muy lentas de respuesta y no pueden reaccionar con la presteza necesaria ante estas situaciones, las reglas de protección automáticas que tienen saltaron parando el reactor en lo que se llama una parada en caliente, y manteniendo dicho sistema de generación de vapor listo para volver a entrar pronto.
Insisto, nada peligroso para el reactor. Por eso hay sistemas de seguridad, y se demuestra que han funcionado.
No, el problema en realidad fue que se paró un reactor nuclear de 1044,45 MW de potencia, algo más de 1GW, sin más. Energía que se deja de producir. Un déficit de potencia.
Eso tiene el potencial de causar apagones más grandes de lo previsto.
Aprovecho para recordar que la potencia interrumpible contratada se acerca a los 2GW. Y se queda corta.
Pues bien, este Efecto obliga a contratar otro GW de potencia interrumpible contratada nueva: amplifica el Efecto Ribera. Podríamos llamarlo Efecto Aagesen, en nombre de la emergente sustituta de la anterior ministra.
La raíz del problema sigue siendo la misma: la inestabilidad de las renovables. Una inestabilidad muy rápida.
Y mezclar inestabilidad rápida con los sistemas de generación más lentos que hay, pues simplemente, como que va a ser que no.
ESE es el efecto Aagesen: no se puede mezclar renovables con nuclear. La segunda no tiene la velocidad de respuesta (ni la profundidad) necesaria para mantener estable a la primera.
De hecho, la mayor parte del bombeo hidráulico (¡¡almacenamiento energético!!) que hay en España, se hizo precisamente para aportar esa velocidad de reacción necesaria para poder usar la nuclear, al igual que Francia.
Pero vamos cortos de capacidad de almacenamiento, tal y cómo ya se ha explicado en anteriores entradas.
Pero resulta que Suecia ya está hablando de desmantelar la conexión con el resto de Europa, y hemos tenido dos años de sequía que aún perdura en algunos lados, aunque en otros tenemos los embalses ya más llenos.
Todo esto junto, hace que las sequías sean más problemáticas porque gastamos más agua en forma de energía hidroeléctrica sólo para mantener estable la red. Esa es la razón por la que Suecia quiere desconectarse de Europa: en la península escandinava, que llamaban “la batería de Europa” llevan ya varios años en que están viendo cómo sus embalses se están vaciando precisamente para mantener bajo control la problemática red europea debido al aumento de las renovables.
Claro que esto ya les va bien a los que empujan esta narrativa: echan las culpas al cambio climático y tal… y luego proponen eliminar embalses porque patata. De hecho, porque les interesa generar alarma, no solucionarla.
Obvio: no les interesa hacer frente al problema. Todo lo contrario: el problema es lo que les beneficia.
Lo que nos deja la opción del Gas.
De ese Gas que ya no llega a través de Ucrania, que ha subido de precio, y que está bajando demasiado rápido para las reservas europeas a razón de la Dunkelflaute alemana (que ya van por la segunda de este invierno), y un invierno más “normal”, o sea, frío.
Demasiado estable.
Como se explicaba en La Lavadora De Medianoche, las centrales nucleares en realidad son centrales de vapor, dónde el calor se genera en el reactor nuclear, que es enorme y masivo, y luego ese calor, mediante la conversión de agua en vapor a mucha presión, movía unas turbinas de vapor situadas lejos del propio reactor.
Con tantas toneladas de cemento, acero, plomo, elementos pesados varios, agua, y otros materiales necesarios para el reactor, el calentar o enfriar dicho aparato es invariablemente algo lento.
Eso es lo que hace que sean lentos de reacción. Y esa es la razón para desarrollar reactores pequeños, más rápidos… que no están en el mercado (pero sí existen: en barcos militares de un puñado de países).
El desarrollo y la construcción de estas centrales también es algo lento, prácticamente olvidado en algunos países (Europa especialmente, aunque los americanos lo tienen muy al ralentí), y poner todo el tinglado en marcha no se hace de hoy para mañana.
Ni siquiera hay planes para sustituir todos los reactores hoy en uso, menos de 500.
Pero es que dijo un Secretario de Estado para la Energía americano, el equivalente a la Teresa Ribera: hace falta inaugurar un reactor cada día durante los próximos 30 años para poder generar TODA la energía que consumimos hoy en día.
Unos 10.000 reactores de 1GW como el de Almaraz.
El que lo dijo no era ni siquiera abogado como Doña Teresa. Era un don nadie, llamado Steve Chu… Nóbel de Física… un técnico de tres al cuarto… cómo se atreven estos americanos…
No.
Eso no va a pasar.
Y ni siquiera hace falta entrar en el asunto espinoso del Pico del Uranio.
Volvamos al tema técnico. No se trata sólo de que sean lentas. También hay un problema de profundidad.
Todo lo que sean turbinas de vapor, tienen un margen de maniobra del orden del 50%. Es decir, no pueden bajar de la mitad de la potencia máxima.
Sin embargo, las centrales de gas pueden bajar hasta un 15% en algunas, un 25% las que menos. Además de ser más rápidas: la combustión se genera a menos de 2m del lugar en que se aprovecha, y encima el gas caliente se desplaza de los quemadores a los álabes de la turbina a la velocidad del sonido, que es muy alta al estar muy calientes (la velocidad del sonido sube de forma aproximada a la raíz cuadrada de la temperatura).
Es decir, para cubrir 800MW de variable renovable, basta con una turbina de gas de 1GW, suministrando 200MW, pero necesitamos una central nuclear de 1.6GW… y que el suministro sea de 800MW en este último caso.
Eso implica que para mezclar renovables con nuclear… o carbón o fueloil (todo ello centrales de vapor), hace falta una potencia de base mucho más elevada, y, por tanto, una todavía menor aportación de las renovables.
Por cada MW de CC, se pueden meter hasta 4MW de renovables. Pero por cada MW de Nuclear, sólo se puede meter otro de renovables… si descontamos el tema velocidad de respuesta.
La buena noticia, es menos inestabilidad. La mala noticia, es que se multiplica por 2.5 la potencia a recortar, los vertidos… las renovables que ya sobran en España desde el Domingo de Pascua de 2022.
Es decir, empeora una vez más el Efecto Ribera.
Y, todo eso, suponiendo que la nuclear puede compensar, de alguna forma, la velocidad que impone la inestabilidad de las renovables. Probablemente ayudada por el aumento de los curtailments.
De las gráficas de variación que hay en el segundo artículo de La Lavadora, se desprende que la fotovoltaica demandaba picos de más de 400MW de variación en 10 minutos, algo así como 2.4GW/h de variación.
Del mismo artículo, sale que la velocidad de puesta en marcha de un reactor es de como 1GW en 19h. Aún suponiendo que pudiese arrancar en una décima parte, llegamos a 0.5GW/h. Una quinta parte de la velocidad necesaria.
O sea, que además reduce todavía más la rentabilidad de las renovables… y del resto de energías.
Mal Pronóstico.
A eso hay que añadir que tenemos problemas de planificación. Si con estos eventos predecibles, en concreto este que se explica en este artículo que se vaticinó en 2021 como ya he enlazado, en mi segunda entrega de La Lavadora, y, sin embargo, no se ha hecho nada, no se puede esperar nada.
El Efecto Ribera y los problemas de falta de almacenamiento, ya previsibles incluso desde el primero de mis artículos de La Lavadora es una demostración que NO se ha planificado en absoluto, a pesar de ser todavía más evidente.
Si los efectos negativos de las renovables, que nunca se han afrontado, siempre se han negado, no han sido previstos ¿cabe alguna duda que no se ha planificado nada al respecto?
Y ahora nos encontramos con esos problemas evidentes y esperables, sin previsión ni planificación, y con retraso.
Porque su planificación debería haber empezado en 2017 como pronto, para poder tener algo a fecha de hoy en día.
Sin embargo, ese hecho de que no sea buena idea mezclar justamente las centrales más inestables con las más rígidas e intolerantes con la inestabilidad no entra en las seseras de la gente.
Lo he explicado varias veces, y en varios sitios. Pero el mensaje sigue sin entrar en las mentes.
NO SE PUEDEN MEZCLAR LA NUCLEAR CON LAS RENOVABLES ELÉCTRICAS INTERMITENTES Y DESCONTROLADAS.
Punto.
Sin embargo, al arreciar los problemas con las renovables, #AsPredicted, la gente empieza a demandar soluciones.
Por una parte, está el movimiento que intenta paralizar las instalaciones renovables, a lo que se suma la problemática para amortizarlas debido a los precios de la electricidad, lo que ha conseguido que el último plan de eólica marina de Dinamarca haya acabado desierto: a nadie le interesaba porque no sale rentable.
Repito: la eólica marina no sale rentable, y por eso se está dando un parón generalizado en su instalación. Y para muestra, basta ver cómo le sigue yendo a Siemens Gamesa y demás fabricantes de turbinas.
Pero lo que está empezando a notarse muy mucho en la opinión pública, y aún más en el creciente contexto de cambio político, es la demanda de reabrir las nucleares cerradas en Alemania, la vieja central de Three Miles Island, algunas de carbón en algunas otras partes, la instalación de nuevas centrales nucleares, incluyendo sistemas de nuevo cuño como los Small Modular Reactors y similares, muchas veces de la mano de los centros de datos con IA.
Es el panorama político el que está moviendo todo esto. Dado que los magnates de la información están que lo flipan con la IA, que además demanda electricidad estable, son los primeros interesados en estas soluciones, así que promocionan el mensaje, habitualmente utilizado en ciertos ámbitos políticos, pero sobre todo debido a los problemas más que evidentes que nos están dando las renovables en el campo más sensible, el más destilado y el que manda al fin y al cabo que es el económico… y con ello el laboral.
De hecho, la misma CNMC deja claro un punto que los medios de manipulación de masa generalistas suelen obviar: que la demanda de electricidad cae, sobre todo fruto de la desindustrialización.
Mientras, lo tecnooptimistas siguen diciendo que está subiendo y que va a subir.
La CNMC y los economistas hacen algo raro que nunca hacen los medios de comunicación normales, y menos aún los políticos interesados en promover ciertas agendas: mirar los datos.
Aquí uno interesante: la (tétrica) evolución de la demanda eléctrica en la locomotora europea.
En base a esto, es obvio el interés en cambiar la estrategia energética, y de acuerdo con el monotema carbónico, las nucleares ofrecen una energía “limpia” y estable.
Pero el cierre de las nucleares, que ahora tanto reniega la ministra sueca, bien que se planificó antes.
Unos párrafos arriba ya se ha mencionado que los plazos de poner en marcha plantas nucleares son muy largos, y aún no se ha planificado nada. Todo lo contrario, llevamos años diciendo que hay que cerrar las nucleares y las centrales de carbón.
Dar un giro de 180º ahora es complicado y largo.
“Afortunadamente”, las mismas Fuerzas que presionaban de forma solapada para el cierre de las nuclearas, para evitar la proliferación de armas nucleares, son las mismas Fuerzas Armadas que ahora tienen interés en reamarse y revertir la desindustrialización mediante la reconversión de la fabricación de coches a fabricar tanques, y las baterías de la quebrada Northvolt en explosivos.
Un plan sin fisuras.
Beamspot.
En realidad las nucleares, como cualquier tipo de central despachable, creo que se pueden usar para estabilizar a red.
Lo que se puede hacer es tenerlas funcionando en vacío, es decir, sin mover los generadores. El vapor se puede pasar al condensador sin pasar por la turbina.
Desgraciadamente esto tiene unos costes similares al tenerla funcionado con producción; costes que hay que pagar aunque la electricidad no la estemos usando.
Esto no sería problema si los costes de funcionamiento fueran muy bajos, pero la realidad es que son muy elevados (al menos para una nuclear nueva, que no está amortizada). La falta de uranio también es un problema económico (es muy caro acceder a menas de baja ley) y no técnico.
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Mi conclusión es que no hay problema en tener una buena red eléctrica que nos suministre lo que necesitamos. El problema es pagar dicha electricidad.
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Deberíamos plantearnos que hay dos tipos de electricidad: una barata producida cuando la naturaleza tiene a bien, y otra cara, producida cuando nosotros queremos.
La solución más evidente es hacer dispositivos inteligentes que se conecten cuando la electricidad es barata y se desconecten cuando no lo es (o que al operador eléctrico le demos la facultad de desconectar). Esta aproximación vale para la lavadora de media noche, lavavajillas, neveras domesticas, radiadores acumuladores de calor, termos eléctricos y es probable que la bicicleta o moto eléctrica.
Se que estamos hablando de un tipo de racionamiento, cosa que a ninguno nos gusta. Pero probablemente permitiría bajar la factura eléctrica de los hogares a menos de la mitad, sin tener que acometer grandes inversiones ni desarrollar nuevas tecnologías.
Algunos usos industriales como el entrenamiento de las IA pueden aprovechar este sistema (el minado de criptomonedas ya lo hace así). Otros como la producción de cobre o aluminio no podrán adaptarse y seguramente tendremos que pagar estos metales más caros.
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En resumen: si no podemos adaptar la oferta a la demanda no nos queda otra que adaptar la demanda a la oferta. Ojo, que no estoy diciendo que sea cómodo o deseable, si no que es una mejor solución que desconectar paneles solares o tener funcionando centrales en vacío.