Prólogo.
Hace tiempo que voy repitiendo una frase que parece ser atribuida a Nietzsche: No hay nada más destructivo para una causa, que defenderla (intencionadamente) con las razones equivocadas.
Aunque no soy muy partidario de este filósofo, creo que es muy apropiado que al menos esta frase (y algunas ideas más suyas) la tengamos en cuenta, ya que precisamente esta entrada explica la necesidad de tener esto en mente.
Esta es una entrada corta, que se me ha ocurrido en un instante y la he escrito de una sentada. Es simple.
Es otro “concepto de base” más para ir sustentando las hipótesis que barajo en mi mente y que intento explicar en esta bitácora.
Así pues, vamos por faena.
Un hecho.
Hace mucho tiempo, una entrada en otro blog me llamó la atención sobre un hecho curioso y de poco calado superficial. Se trataba de una “simple gráfica”. Esa gráfica es utilizada hoy en día para soportar ciertos comentarios muy habituales, que estoy viendo en todo el mundillo del cambio climático y también del pico petrolero.
Pero resulta que no vi simplemente la gráfica: leí el artículo del Gato Malo que, como buen estudioso de papers (es una persona que se dedica a hacer revisiones por pares de papers médicos, es decir, de estudios científicos sobre medicamentos… y también sobre otras cosas), diseccionó esa simple gráfica y llegó a conclusiones que, aquellos que estamos acostumbrados a esos sistemas de representación, sacamos con sólo mirarlas con un poco de atención.
Así que empiezo poniendo la gráfica en cuestión, la publicada.
Es un gráfico dividido en dos partes utilizado para contrastar las muertes asociadas a las olas de frío, frente a las muertes asociadas a olas de calor, por países.
Países ordenados de fríos arriba a cálidos abajo.
La mayoría de la gente echa una ojeada, mira sólo el tamaño de las barras de colores, sin mirar el “pequeño detalle” de las escalas utilizadas. Así se llega muy rápidamente a una opinión fácil… y totalmente sesgada.
Como he dicho, aquellos que trabajamos con gráficas a diario, rápidamente nos damos cuenta de ese “pequeño detalle” de las escalas utilizadas para cada lado de la gráfica.
Resulta que esas escalas NO SON IGUALES.
Eso amplifica mucho el lado de las personas que mueren culpa de las olas de calor frente a las que lo hacen por culpa de las olas de frio.
Distorsiona mucho la gráfica, y, por tanto, la percepción de todos aquellos que lo miran por encima. O sea, de la mayoría.
Veamos ahora la misma gráfica, con los mismos datos, Y CON LA MISMA ESCALA EN AMBOS LADOS.
¿Queda clara la manipulación que implica el usar la primera gráfica con respecto de la segunda?
Fijaos en el tercer país empezando por abajo, España, y contrastad las diferencias entre ambas representaciones.
Que quede claro clarinete: AMBAS gráficas SON CORRECTAS.
Técnicamente.
Tienen exactamente los mismos datos.
Pero la imagen que proyectan sobre el lector está clara y deliberadamente manipulada en el primer caso.
Y eso no es baladí: es justo el núcleo del concepto que intento dejar claro aquí y ahora.
Por cierto, resulta curioso que quien denuncia esto es un ex ejecutivo de Greenpeace (y fuerte defensor del lobby nuclear): Patrick Moore.
¿Por qué?
Que la gráfica que se presenta públicamente está manipulada, por muy correcta que sea, queda manifiestamente claro.
La pregunta importante es ¿por qué esa manipulación?
Seamos buenos: quien hizo la gráfica muy probablemente está tan habituado a trabajar con ellas como cualquier técnico en estadística, y no ha visto en ningún caso que sea incorrecta ni que sea manipulativa.
Es más, probablemente haya amplificado los casos asociados a las olas de calor para poder hacer comparaciones (ese suele ser el caso de estas gráficas) entre países cálidos y países fríos.
De ahí que estén agrupados de esa forma.
Muy probablemente no haya ninguna mala intención en la persona que hizo este gráfico. Es un gráfico habitual y ese tipo de presentaciones no es nada raro. Claro que habitualmente se reseña que las escalas son diferentes, se avisa.
Pero una cosa es el gráfico hecho y estudiado por aquellos que tenemos algo de experiencia en este tipo de representaciones, y otro muy distinto el uso de este tipo de gráficos para explicarlo a la gente lega en la materia, dónde generalmente pasa desapercibido el asunto de las diferentes escalas.
Y ahí se puede hablar directamente de uso intencionado, mal intencionado, manipulativo y cooptado de dicha gráfica.
Básicamente, esta gráfica se ha usado para un fin típico: causar miedo entre la población (el miedo es la herramienta habitual para conseguir manipular a la gente), exagerando la mortalidad asociada a las olas de calor, y con ello ir propagando y argumentando que hay que “hacer algo” (y eso es lo que importa a quienes usan estas gráficas, que la “gente haga algo”, concretamente lo que ellos quieren) para evitar una mortandad masiva debido a las olas de calor que van en aumento.
De la gráfica publicada, si miramos el tercer país empezando por abajo, España, parece que la mortandad por calor es muy parecida a la mortandad por frío.
Pero si lo miramos con la escala correcta, resulta que es menos de una quinta parte, menos del 20%. En la mayoría, estamos hablando del 10%, unas diez veces menor.
El hecho de que estén agrupados por temperaturas medias es precisamente la razón por la que se ha hecho esta gráfica. Pero también es la razón por la que los interesados en crear pánico debido al calentamiento global la utilizan.
Pero está claro por qué utilizan la que causa sesgo en la mayoría de la población: aparenta que el cambio climático va a causar una enorme mortandad entre la población, insinuando falsamente que ahora ya hay tantos muertos debido al calor como al frío.
Es decir, exagera mucho, y los mensajes que se lanzan van en ese sentido, el efecto del calor sobre la población.
Es una manipulación de manual.
Exageran el efecto con gráficos manipulados para engañar la percepción, por muy correctos que sean los datos (que NO MENCIONAN).
Es un argumento falseado a favor de cierto relato, un relato construido en base a una mentira, un engaño perceptivo.
Dicho de otra manera: técnicamente hay un grupo de personas que utilizan esta gráfica engañosa para ir solidificando cierto tipo de relato entre la masa de a población de forma manipulativa e interesada, incentivando el miedo, e indicando una “solución” que beneficia (en poder y en dinero) a los lobbies interesados en vendernos su “producto”.
Pero… si los datos son correctos….
Cierto. Ambas gráficas tienen los mismos datos. Lo que diferencia una de otra es la presentación que hacen de dichos datos, que favorece mucho los intereses de aquellos que fomentan cierto relato.
¿Qué va a haber más mortandad debida al aumento de las olas de calor?
Cierto. Va a haber más personas que no aguanten una cantidad mayor de olas de calor, y una media de temperaturas más elevadas. Pero también va a haber una disminución de personas que caigan debido al frío, cada vez menor. Y probablemente el número total sea menor, ya que la reducción de estas últimas sea mayor que el aumento de las primeras.
Pero aquí cabe destacar otro “pequeño detalle” desapercibido que no está en la gráfica.
¿Qué es una “muerte debido a una ola de calor”?
Voy a empezar por la “pregunta contraria”: ¿qué es una muerte debida a una ola de frío”?
Bien… resulta que las estadísticas al respecto no están claras. Sin embargo, por experiencia personal de primera, segunda y tercera mano, hay muchas “muertes por ola de frío” que nunca llegan a las estadísticas. Ni llegarán. Muchas más de las que se presentan.
En concreto, mi madre murió a principios de Marzo debido a una gripe que se la llevó por delante. Causa de la defunción: edad. Murió de vieja. Eso es lo que yo mismo digo desde hace tiempo, y que es lo normal.
Mi padre murió en Diciembre casi nueve años antes.
En la residencia todas las trabajadoras que había me lo dijeron muy claro, y es sabido por todos los que trabajan en el sector (dicho por familiares): el invierno es cuando las residencias se vacían, generalmente debido a las olas de gripe, ya que frío no suelen pasar (al menos mi madre no pasó frío, mi padre sí que pasó algo más).
Pero muchas personas mayores sí caen culpa directa del frío: están en casa, no en residencias, y no suelen poner la calefacción. Cogen frío, con ello una gripe o resfriado, y al estar débiles, esto se los lleva por delante.
O peor: ponen un brasero, éste emite monóxido de carbono y mueren asfixiados, o incendiados.
¿Se cuentan todas estas muertes en el lado de “muertes por olas de frío”? Probablemente sólo aquellos mayores (fíjense que la gráfica también incluye escalas por edad) que en casa pasan frío, pillan algo, y no sobreviven. Los que vienen de residencias no creo yo que aparezcan.
Tampoco es que me parezca que deban aparecer.
Entonces, si no está claro qué significa “defunciones por olas de frío”, ¿qué significa “defunciones por olas de calor”?
¿Aquellos que se mueran en verano serán considerados “defunción por ola de calor”?¿Las personas que fallezcan por deshidratación?¿Las que se ahogan en el mar “buscando refrescarse”?
Y ahí viene un curioso detalle: no hay estadísticas ni nadie dedicado a estudiar qué significa lo primero… pero sí que hay específicas para estudiar lo que significa lo segundo.
Y eso refleja más de lo mismo: hay un interés específico en el caso del calor, pero ninguno en el caso del frío.
Es decir, gobiernos y entidades supranacionales tienen un claro y definido interés es el estudio proactivo de las muertes relacionadas (de una forma u otra) con las olas de calor.
La EPA (agencia gubernamental USAna), la WHO u OMS (entidad de la ONU), publicaciones del Lancet (la que lo puso originariamente) y de Nature resaltan esta problemática, incluso entidades nacionales, pero ningunean la problemática del frío, A PESAR DE SER 10 VECES MAYOR.
Y ahí es dónde viene el problema.
Hay un marcado interés entre los poderosos en promocionar la narrativa de que todos “vamos a morir abrasados”.
Un discurso del miedo. Una excusa para vendernos algo sin que nos paremos a pensar.
El problema.
Pues bien, como hemos visto, la manipulación salta a la cara a la primera que uno le dedica un ratito a mirarla con detenimiento.
Es más, para aquellos que hemos perdido a nuestros mayores, nos resulta muy llamativo este asunto, ya que tenemos experiencia, en un país muy envejecido, que contrasta con lo que se nos vende.
Claro que mucha gente ni se da cuenta de la disonancia mental del asunto, por razones emocionales. Pero aquellos trabajadores de residencias de ancianos, aquellos dedicados a la geriatría, y aquellos que tenemos un natural más orientado a los hechos que a los dichos, nos hemos dado cuenta.
Cada vez hay más gente que se da cuenta de este mensaje erróneo, y de otros. Cada vez más personas se dan cuenta de la manipulación y las mentiras que se nos están contando. Y una vez encontrada una, resulta fácil ver más. Y con ello, explicarlo a otras personas que rápidamente se dan cuenta de ello.
Y ese discurso, originado a partir de un 0,1% de inocentes que no saben nada (el que hizo la gráfica), muy promocionado por un 0.9% de personas con poder que no tienen el más mínimo interés en el tema más allá de conseguir sus objetivos, amplificado por un 9% de gente que, aunque ve la problemática, cree que vale la pena “el mentir piadosamente” para conseguir el objetivo “de buena fe”, y creído por un 90% de gente acrítica, es lo que estropea el mensaje, la “causa”.
Porque ante aquellos que lo cuestionamos, las dudas empiezan a causar el efecto contrario al previsto: se pierde toda credibilidad.
Queda meridianamente claro que se nos está manipulando, que se nos está mintiendo, y por ello, ahora se duda de todos los datos, sean ciertos o no.
En el mismo momento en que uno se da cuenta de un engaño, ya pasa automáticamente a no creerse ninguno de los datos suministrados, ya todo pasa a ser falso.
Aunque sean correctos.
Y la reacción anímica desacredita todo el mensaje… y todo aquello que se le asocia, todo lo que “va en el pack”.
El problema es que la mayoría de la gente que se da cuenta del engaño, al estar desengañaos, no sólo dejan de creer.
El péndulo, el soporte, se va totalmente hacia el otro lado.
Pasan de creer religiosamente, a creer, también religiosamente, que todo es mentira.
El sentimiento de traición (y la hipocresía obvia que hay detrás) pasa por encima de todas las cosas. También causa una cierta sensación de caos.
Obviamente, no es así: muchos de los argumentos esgrimidos son correctos.
Pero el hecho de que se nos engaña es innegable.
Y eso, junto a una falta (artificial) de honestidad por ninguna parte, son el combustible que alimenta el resentimiento, la conspiranoya, el “negacionismo”, y la desafección, cada vez más grande, hacia el tema del cambio climático.
Hay más razones (el evidente fallo de la burbuja renovable, unos precios de los cochepilas que, como bien llevo años diciendo, no bajan ni bajarán) que empujan todas en la misma dirección.
Conclusión.
Dicho de otra manera: Se están cargando todo el interés sobre el medio ambiente al defenderlo por razones equivocadas, demostrando que hay intereses ocultos, claramente deshonestos, y un porrón de hipocresía.
Esto hace que lo sentimientos, que es precisamente aquello a lo que se recurre para fomentar El Relato, cambien inmediatamente en sentido contrario: se pasa del amor al odio en un solo paso
Y eso hace que el péndulo se desplace acelerándose en sentido contrario.
Lo que nos lleva a la siguiente parada.
Beamspot.
Demoledor. Creo que no te falta un ápice de razón y esto empieza a ser una obviedad hasta en los que vemos la causa como justa y necesaria. La frase de Nietzsche es muy apropiada.
La manipulación en la escala de los gráficos es una práctica habitual en los (des)informativos de la tv. Otro clásico es coger solo el pico de las graficas (no empezar la escala desde cero). Todo entra por la vista. Sobre todo la manipulación. Enhorabuena por el post.
Buenísimo. Así nos sentimos muchos... Tirando del hilo relaciono tu artículo con otro tema que hace años me ronda la cabeza. Las conspiranoias, por ejemplo el tierraplanismo. Nunca conocí a nadie tierraplanista en serio, sólo lo conozco como trolleo en internet y, aunque los hubiere, creo que es algo residual en la población. Sin embargo, se le da mucho bombo junto a otras conspiraciones. Se mezclan aquí la llegada a la luna, las vacunas, los chemtrails, las torres gemelas, la voladura del Nordstream, etc. Cualquiera diría que se da publicidad a las locuras más extrañas para así poder meter en el mismo saco a gente que sostiene críticas razonables y gente con gorro de papel de aluminio. Así cuando alguien critica la industria farmacéutica, por ejemplo, es fácil desacreditarlo poniéndole el gorrito, otro tierraplanista más...